EL COLOR EN LAS FOTOS DE BODA

El color en la fotografía es uno de los elementos estéticos que más contenido aporta al mensaje de una foto y la manera de emplearlo lleva implícita una clara intencionalidad por parte del fotógrafo.

LA TEMPERATURA DE COLOR EN LA FOTOGRAFÍA

Una primera apreciación en la fotografía reside en el uso de la temperatura de color, la cual va desde los tonos más fríos (azulados) a los más cálidos (rojizos o anaranjados). En este post, no procede entrar en cuestiones técnicas sobre balance de blancos o colores dominantes en una fotografía pero sí queremos señalar que esa temperatura de color que resulte se puede alterar.

Nuestra apuesta siempre es ajustarnos a la realidad pero eso no quiere decir que no podamos modificar la temperatura de color con una intencionalidad concreta y a petición de los novios.

Con un ejemplo lo vemos más claro. El día de la boda es un día fantástico pero la mañana se ha presentado nublada y con una tonalidad fría. En este caso, le damos ese punto de tono anaranjado para darle un matiz de calidez, de día esplendoroso. Los novios no pueden controlar la climatología pero, en cierta medida, podemos ponerla de nuestra parte.

También se puede recorrer el camino a la inversa, es decir, buscar tonos más azules. Lo que nos debe quedar claro es que tenemos la posibilidad de conseguir una tonalidad determinada y que se ajuste mejor al escenario de la foto y al mensaje que queremos transmitir.

COLORES EN LA FOTOGRAFÍA

Una boda lleva consigo alegría, felicidad, expresividad, sacar lo mejor de cada uno para que el disfrute sea total. Y todo ello lo refleja el color a la perfección.

Una pareja de novios cuida hasta el más mínimo detalle el vestuario, el propio y el de los más allegados (madrinas, damas de honor, los amigos y familiares elegidos como padrinos), las flores del ramo y de los vehículos, la decoración del lugar de la ceremonia, la mesa de las golosinas del fin de fiesta.

Todo ello es una explosión cromática que el fotógrafo capta y con el que consigue un resultado increíblemente llamativo. El color indica estados de ánimo y formas de ser de esa pareja, de modo que el interés por el color en una boda es el interés por el estilo de los novios.

Además, de los recursos habituales en una boda, queremos reflejar otros que se pueden incorporar para incidir aún más en este mensaje de felicidad, como los famosos botes de humo de color, los cuales, en perfecta simbiosis con el paisaje de la boda, generan estampas inolvidables.

COLOR O BLANCO Y NEGRO EN LA FOTOGRAFÍA

Una foto en color o en blanco y negro. Añadamos también la posibilidad del sepia. ¿Cómo elegir entre estas opciones para que podamos conseguir el resultado deseado?

Lo primero que los novios deben tener medianamente claro es qué consideran un resultado deseado y en qué situaciones nos decantaremos por apostar por el color o por una de las tonalidades monocromáticas.

Vivimos en la era del color, de modo que consideramos que un reportaje fotográfico debe basarse en una notable variedad cromática. Antes, hemos hablado de cómo los novios cuidan cada detalle y lo hacen pensando en el color. No parece lógico obviar todo lo que presenciamos en una boda porque nos guste un estilo monocromático.

Si con el color logramos expresar la alegría y la felicidad, el blanco y negro lo usaremos para emocionar desde lo más íntimo. Tengamos en cuenta que una escena en color presenta multitud de detalles que desaparecerían si pasásemos esa foto a blanco y negro.

En este caso, nos quedamos con la sustancia, con los más importante, con lo que llega al corazón. Nos queda justo la escena donde se producen los abrazos, una mirada intencionada, un llanto, un rostro de enorme emoción y, por tanto, no cabe lugar a la distracción.

Utilizaremos el blanco y negro en aquellas fotografías que reflejarán los momentos más especiales de una boda, donde nos sea posible escenificar los mayores instantes de emoción. Tendrían que ser un número reducido para que así puedan marcar diferencias con las demás.

Optar por una fotografía en sepia era más habitual verlo hace unos años pues, en no pocas ocasiones, se usaba con la misma intención que el blanco y negro. Actualmente, se utiliza para aportar un matiz de antigüedad a la foto, de melancolía. En una boda, consideramos que tiene poco recorrido.

Como hemos visto, el uso del color o del monocromo, como sucede con todas las técnicas fotográficas, obedece a una intencionalidad definida y encaminada a transmitir un contenido concreto.