QUIERO TODAS LAS FOTOS DE MI BODA

Un reportaje de bodas incluye las mejores imágenes que se han captado en este evento tan especial pero desecha otras muchas que perfectamente podrían haber sido elegidas.

Este filtrado tiene su fundamento en que si hay dos fotografías similares de una misma escena, se escoge sólo una. Un ejemplo. La novia mirando a su ramo y la novia mirando al horizonte. Ya son los novios quienes deciden con cual quedarse.

PUEDO PEDIR TODAS LAS FOTOS DE LA BODA

Una pareja de novios tiene la ilusión de tener el mayor número de detalles de su boda aunque haya fotos que sean parecidas entre sí o su contenido no sea tan relevante como para incluirlas en el álbum. Esto ocurre por adquirir cada captura que ha salido de la cámara.

La recomendación es que este asunto se trate y se acuerde cuando se vaya a contratar el reportaje y que, en el contrato, se especifiquen todos los términos y peticiones de la pareja.

Comenzamos señalando que no debemos mezclar la autoría de las fotos con la propiedad de las mismas. Aunque el contenido sea la boda de una pareja, esta última no es dueña ni autora de las fotografías obtenidas. Obviamente, los novios dan su consentimiento para tal acción, incluso, para que el fotógrafo pueda usar alguna de ellas en su web o redes sociales.

El fotógrafo siempre será al autor del material fotográfico conseguido y se reserva la opción de ceder los derechos, en este caso, a los novios al igual que un fotógrafo necesita el consentimiento de la pareja para publicar un foto en instagram.

La mejor opción es que los novios acuerden en el contrato que el fotógrafo les entregue todas las fotografías que se hayan podido captar. Es así de sencillo y evitará que los novios se lleven el disgusto una vez pasado todo.

LA DECISIÓN DEL FOTÓGRAFO

Desgranemos qué sucede en la vida real. Hay fotógrafos que consideran que si ceden todas las fotos en versión original o ya tratadas pero con calidad, los novios tienen la opción de irse a otro establecimiento para hacer un revelado que les salga más económico. Hablamos de copias para familiares y amigos (no del álbum).

En cierta forma, llevan su parte de razón pues otra empresa se beneficiará económicamente del trabajo que dicho fotógrafo ha realizado. Esta postura es entendible por parte de todos pero siempre hay matices que pueden hacer que se consiga el equilibrio entre ambos intereses.

Os contamos nuesta manera de proceder y la argumentamos. Siempre nos encargamos de que la producción fotográfica sea la mayor posible pues, aunque somos conscientes de que el álbum presenta determinadas limitaciones, consideramos que nuestra obligación es captar cada detalle de la boda.

Esto lo hacemos, en primer lugar, para que los novios tengan más variedad y mayor número de imágenes entre las que elegir. Y, en segunda instancia, porque estamos contratados para eso. Es nuestra obligación y somos conscientes de que no tenemos nada mejor hacer en ese momento.

Cada pareja que solicita la carpeta completa de fotografías, se la pasamos en un pendrive sin inconveniente alguno. Los novios desean el tener el mejor álbum posible y lo van a pagar. Da igual si quieren revelar las fotos de copias en otro sitio, es su decisión. Apenas supone una cantidad reseñable en comparación con el coste que los novios ya han pagado por su álbum y vídeo.

Nosotros vamos más allá. Y es que esas copias las cobramos a un precio muy económico y otras las regalamos. La rentabilidad ya la hemos obtenido. Esas copias las tendrían que costear los novios para luego regalarlas a sus destinatarios. El resultado es que las acabamos haciendo nosotros.

No todo en la vida es dinero o, al menos, nosotros sí lo pensamos. Las vivencias que nos llevamos, la amistad que se genera con los novios y su entorno o la emoción de estar presentes en los momentos más importantes de la pareja es un pago que recibimos que no se puede cuantificar. Si los novios van a ser más felices con todas las fotos de su boda, debemos ayudarles a lograr dicha felicidad.